domingo, 27 de septiembre de 2009

Falsa Alarma. La situación justificaba aquel reconocimiento exhaustivo garantizando la demandada seguridad. Muchos orcos zarrapastrosos, rabiosos transitaban intentando ocultarse. Hordas nómadas, jaurías caníbales, vigilaban el barranco.
Salimos antes que oscureciera. El camino bajaba. Al final decidimos seguir por recónditos túneles, pasadizos largos, ocultos, que enanos realizaron, túneles excavados según mitos antiguos. Cruzamos valientes. Fuera, espectros reconocían por zonas. Yacían nerviosos, esperando descubrirnos.
Territorios yermos, jinetes negros vigilantes, x que lugares marcaban, noventa kilómetros, orcos,…. Resumiendo, estábamos condenados a perecer.

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